Tengo sonidos en mi cabeza,
lloros de animales solitarios.
Inmóvil a la fuerza
hay cadenas en mis brazos.
Creía que me me movía
pero era al revés
se movía la habitación;
cambiaba de color
algunos cegadores
incluso aterradores.
Ninguno me dio la solución.
El mecanismo se rompió
dejando al descubierto
que tengo cadenas en los pies
y ninguna solución.
No vale la pena
-
El último día que salí de mi casa había un chico en calzoncillos recogiendo
la ropa tendida. El verano apretaba más de lo normal y no le había parecido
mal...
Hace 1 año
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