16 septiembre 2009

John Keats



JOHN KEATS


Oda a un Ruiseñor




Me duele el corazón y un pesado letargo
aflige a mis sentidos, tal si hubiera bebido
cicuta o apurado un opiato hace sólo
un instante y me hubiera sumido en el Leteo:
y esto no es porque tenga envidia de tu suerte,
sino porque feliz me siento con tu dicha
cuando, ligera dríade alada de los árboles,
en algún melodioso lugar de verdes hayas
e innumerables sombras
brota en el estío tu canto enajenado.



¡Oh, si un trago de vino largo tiempo enfriado
en las profundas cuevas de la tierra
que supiera a Flora y a la verde campiña,
canciones provenzales, sol, danza y regocijo;
oh, si una copa de caliente sur,
llena de la mismísima, ruborosa Hipocrene,
ensartadas burbujas titilando en los bordes,
purpúrea la boca: si pudiera beber
y abandonar el mundo inadvertido
y junto a ti perderme por el oscuro bosque!



Perderme a lo lejos, deshacerme, olvidar
que entre las hojas tú nunca has conocido
la inquietud, el cansancio y la fiebre
aquí, donde los hombres tan sólo se lamentan
y tiemblan de parálisis postreras, tristes canas,
donde crecen los jóvenes como espectros y mueren,
donde aun el pensamiento se llena de tristeza
y de desesperanzas, donde ni la Belleza
puede salvaguardar sus luminosos ojos
por los que el nuevo amor perece sin mañana.



¡Lejos! ¡Muy lejos! He de volar hacia ti.
No me conducirán leopardos de Baco
sino unas invisibles y poéticas alas;
aunque torpe y confusa se retrase mi mente:
¡ya estoy contigo! Suave es la noche
y tal vez en su trono aparezca la luna
circundada de mágicas estrellas.
Pero aquí no hay luz, salvo la que acompaña
desde el cielo el soplo de la brisa cruzando
el oscuro verdor y veredas de musgo.



No puedo ver qué flores hay a mis pies
ni el blando incienso suspendido en las ramas,
pero en la embalsamada oscuridad presiento
cada uno de los dones con los que la estación
dota a la hierba, los árboles silvestres, la espesura:
pastoril eglantina y blanco espino,
violetas marcesibles recubiertas de hojas
y el primer nuevo brote de mediados de mayo,
la rosa del almizcle rociada de vino,
morada rumorosa de moscas en verano.



A oscuras escucho. Y en más de una ocasión
he amado el alivio que depara la muerte
invocándola con ternura en versos meditados
para que disipara en el aire mi aliento.
Ahora más que nunca morir parece dulce,
dejar de existir sin pena a medianoche
¡mientras se te derrama afuera el alma
en semejante éxtasis! Seguiría tu canto
y te habría escuchado yo en vano:
a tu requiem conviene un pedazo de tierra.



¡No conoces la muerte, Pájaro inmortal!
No te hollará caído generación hambrienta.
La voz que ahora escucho mientras pasa la noche
fue oída en otros tiempos por reyes y bufones;
tal vez fuera este mismo canto el que una senda
encontró en el triste corazón de Ruth, cuando
enferma de añoranza, se sumía en el llanto
rodeada de trigos extranjeros,
la misma que otras veces ha encantado mágicas
ventanas que se abren a peligrosos mares
en prodigiosas tierras ya olvidadas.



¡Olvidadas! El mismo tañer de esta palabra
me devuelve, ya lejos de ti, a mi soledad.
¡Adiós! La Fantasía no consigue engañarnos
tanto, duende falaz, como dice la fama.
¡Adiós! Tu lastimero himno se desvanece
al pasar por los prados vecinos, el tranquilo
arroyo y la colina; ahora es enterrado
en los calveros del cercano valle.
¿He soñado despierto o ha sido una visión?
Ha volado la música. ¿Estoy despierto o duermo?


©2000 de la traduccción Rafael Lobarte

Pelicula basada en la relacion de poeta John Keats y Fanny Brawne.


Cartas de John Keats a Fanny Brawne
13 de octubre de 1819


25 College Street

Mi queridísima Niña:

En este momento me he puesto a copiar algunos versos en limpio. No puedo continuar a ningún nivel de satisfacción. Tengo que escribirte una o dos líneas y ver si esto me ayuda a apartarte de mi Mente por un tiempo siempre tan corto. Por mi Alma que no puedo pensar en nada más - Ha pasado el tiempo en que tuve poder para recomendarte y advertirte contra la poco prometedora mañana de mi Vida - Mi amor me ha hecho egoísta. No puedo existir sin ti - me olvido de todo salvo de verte otra vez - mi Vida parece pararse allí - No veo más allá. Me has absorbido. Tengo una sensación en el momento actual como si me disolviese - Sería exquisitamente desgraciado sin la esperanza de verte pronto. Tendría miedo de separarme de ti. Mi dulce Fanny, ¿no cambiará nunca tu corazón? Mi amor, ¿no lo hará? - Tu nota acaba de entrar - No puedo ser más feliz lejos de ti. Es más rica que un bajel de perlas. No me amenaces ni en broma. Me ha sorprendido que los Hombres pudieran morir Mártires por la religión - Me he estremecido por ello - Ya no me estremezco - Podría ser martirizado por mi Religión - El Amor es mi religión - Podría morir por esto - Podría morir por ti. Mi Credo es el Amor y tú eres su único principio - Me has arrebatado con un Poder que no puedo resistir: y con todo podía resistir hasta que te vi; y desde que te he visto me he esforzado a menudo "en razonar contra las razones de mi Amor". Ya no puedo hacerlo - el dolor sería demasiado grande - Mi Amor es egoísta - No puedo respirar sin ti.

Tuyo para siempre
John Keats



(?) de febrero de 1920

Mi dulce amor:

Esperaré pacientemente hasta mañana antes de verte, y entre tanto, si hay cualquier necesidad de esto, ten por seguro, por tu Belleza, que siempre que yo he escrito en algún momento sobre un cierto tema desagradable, ha sido con tu bienestar impreso en mi mente. ¡Cuán dolido habria estado si tú hubieras accedido alguna vez a lo que con todo es muy razonable! ¡Cuánto más te amo por el resultado general! En mi actual estado de Salud me siento demasiado separado de ti y casi podría hablarte con las palabras del Fantasma de Lorenzo a Isabella

Tu Belleza crece en mí y siento
que robas un más grande amor a través de toda mi esencia.

Mi grandísimo tormento desde que te he conocido ha sido el temor de que estuvieras un poco inclinada a Cressida; pero retiro por completo esta sospecha y me quedo feliz con la seguridad de tu Amor, el cual te aseguro que es para mí tanto una maravilla como una delicia. Envíame las palabras "Buenas Noches" ara ponerlas debajo de mi almohada.
Queridísima Fanny,
Tu afectuoso
J.K.



(?) de febrero de 1820

Mi queridísima Niña:
Según todas las apariencias tengo que estar separado de ti tanto como sea posible. Cómo seré capaz de soportarlo, o si no será peor que tu presencia ocasional, no puedo decirlo. Tengo que ser paciente, y entretanto tienes que pensar en ello lo menos posible. No permitas que detenga por más tiempo tu ida a la Ciudad - puede que no haya final a este encarcelamiento. Quizás sea mejor que no vengas antes de mañana por la tarde: sin embargo envíame sin faltar un buenas noches. Conoces nuestra situación - la esperanza que hay si yo me recuperara tan pronto - mi propia salud no me tolerará que haga ningún esfuerzo. Me han recomendado que ni siquiera lea poesía y mucho menos que la escriba. Desearía tener un poco de esperanza. No puedo decirte olvídame - pero diría que hay imposibilidades en el mundo. No más de esto - No soy lo suficientemente fuerte para quitarme el hábito - no hagas caso de esto en tus buenas noches. Ocurra lo que ocurra yo siempre seré, mi queridísimo Amor

Tu afectuoso
J.K.-


(Traducción del inglés de Mario Lucarda)

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