01 junio 2009

Cambios

Odio el cambio. Odio cuando las cosas cambian irremediablemente. Odio esa sensación. Es como intentar agarrar algo con las manos que se escapa continuamente, cuando crees que la tienes, zas! se mueve; por un segundo la rozas con las puntas de los dedos, notas el sabor de la victoria en los labios y entonces....desaparece.

Odio el cambio. Odio verlo marchar con la sensación de que no volverá jamas, y con él me voy casi toda yo, el miedo a perderlo no es más que el miedo a perderme a mi misma. Ha crecido tanto desde que lo conozco, que siento que ya no es mio, quizá ya no lo sea.

¿Quien es entonces? ¿Qué soy yo ahora?. Sé que lo he perdido, no volverá jamas. Me asusta tanto su poder de atracción hacia los demás, se lo llevaran, cuando yo ya solo sea un punto, negro, oscuro y viejo.

Ya me siento así, una NADA en ninguna parte.

Se que alguien le espera, que alguien lo añora, que desea sus besos, su olor, su tacto, su calor; de la misma forma en que yo lo hago; y siento pesar, y siento odio; porque el tiene lo que yo tuve y no tendré jamas.

Tendré que dejarlo marchar, porque es la hora del fin. O quizá no lo sea, quizás hay que volver a empezar de nuevo. El tiempo lo soluciona todo, o eso dicen. Eso espero.

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